Cómo desarrollar el amor compasivo hacia una misma

Cómo desarrollar el amor compasivo hacia una misma

Cómo desarrollar el amor compasivo hacia una misma

Desarrollar el amor compasivo hacia una misma no es tarea fácil porque principalmente no nos enseñan a ello. Además, esto se suma a que nuestra relación compasiva con nosotras mismas guarda relación con el vínculo establecido con nuestra madre. En muchas ocasiones este vínculo está viciado por la idea que tenemos de cómo se ha de ser madre. En este post quiero acompañarte a reflexionar sobre el amor materno, la madre interna y darte pautas sobre cómo desarrollar este amor compasivo hacia ti. 

El amor materno

El amor materno, ágape para los griegos, se caracteriza por ser un amor protector, incondicional, generoso, auxiliador y sacrificado. Esta forma de amor culmina con la compasión, la cual ya está presente en la experiencia de la maternidad.

Erich Fromm destaca de la función materna la responsabilidad con la vida del niñx y también con la actitud ante la vida. Las madres dan “leche” y “miel”, la leche guarda relación con los aspectos de nutrición y conservación de la vida y la miel simboliza la ternura, el amor por la vida y la felicidad de estar vivo. 

Casi todas las madres son capaces de dar “leche” pero pocas pueden dar miel. ¿De qué depende que una madre pueda dar miel? Para poder tener la capacidad de dar miel, la madre más allá de ser buena madre también ha de ser una persona feliz. 

Nuestra historia condiciona nuestra capacidad de autocompasión

Muchas mujeres cargan a sus espaldas una vida con experiencias de desprotección, soledad, agresiones, abuso, sometimiento, rivalidades, en definitiva, llena de sufrimiento. Estas dificultades han podido ocasionar que se merme en ellas la confianza hacia la vida. Y por ello, que puedan vivir la vida con ansiedad u hostilidad, la cual contagiarán a sus hijxs. 

Entonces, si alguna vez has culpado o culpas a tu madre por lo que no te dio, te animo a que te plantees qué pudo sucederle a tu madre para no poder acceder a esa felicidad. Cómo le trató la vida para no tener “miel” que darte. Tal vez, si llegas a comprender cuál fue la historia de tu madre, puedas ver su humanidad y su vulnerabilidad. Ella, es una persona que carga su propia “mochila”. 

La madre interna o amor compasivo

La madre interna es el equivalente al amor compasivo hacia una misma. Claudio Naranjo ya señalaba el amor como un todo compuesto por diferentes tipos de amor (amor admirativo, amor compasivo, amor deseo). Estos tipos de amor guardan relación con las figuras de la familia interna. La figura paterna, la figura materna y la figura filial, correspondientemente. 

Como adultas tenemos la posibilidad de desarrollar esta madre interna o amor compasivo. Nosotras tenemos la responsabilidad sobre el trato que nos damos. Esto nos libera de tener que sentirnos bien en relación con la otra persona y de cómo nos trate. Así pues, podemos ejercer un trato hacia nosotras mismas amable, incondicional, protector, generoso y auxiliador. 

Tú ejerces tu propia madre interna. Y para poder madurar esa figura dentro de ti, has de reconocerle y agradecer a tu madre lo que te dio. Así podrás construir tu amor compasivo a partir de esos cimientos que te fueron legados por su parte. Sin juicio. ¿Quieres saber cómo desarrollar esta madre interna? ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la compasión?

Como antes he mencionado la figura de la madre interna tiene que ver con la compasión hacia una misma. Comúnmente se cree que la compasión es sentir pena de uno mismo. Nada más lejos, desde la psicología y más concretamente desde la vertiente de Mindfulness, se entiende la (auto)compasión por el amor incondicional hacia una misma.

La compasión comprende el desarrollo de una sensibilidad hacia el sufrimiento del yo y de las demás personas y seres vivos con un compromiso profundo y activo por tratar de aliviarlo. Aceptarse en nuestra totalidad y amar esa totalidad, sin condenarnos por aquellas partes de nosotros que no nos gustan, y hacerlo al igual con el otro.

Una persona compasiva, tiene desarrollada la simpatía, la capacidad de emocionarse y sintonizar con los sentimientos propios y los de los demás. Tiene capacidad para sostener y sentir los sentimientos sin enjuiciarlos. 

¿Cómo desarrollar la compasión hacia una misma?

Para poder desarrollar la compasión hacia ti misma necesitas práctica y observación. Por un lado, practicar una actitud amable hacia ti y por otro lado, la observación curiosa de cuándo no lo haces, de qué manera te hablas y “pillarte” hablándote así. 

Para empezar a desarrollar la compasión te animo a que integres los siguientes 4 pasos y puedas ir recordándotelos cada vez que te veas criticándote, tratándote mal o sufriendo. 

  1. Toma conciencia de lo que te está pasando

Date cuenta de qué te está pasando. Es importante que puedas detectar que estás sufriendo, las pistas te las pueden dar el hecho de estar a la defensiva, mal humorada, irascible, muy juzgona o criticona contigo o con otros. Una vez que lo detectes, es importante que reconozcas esta experiencia de sufrimiento y la aceptes. Y con aceptarla me refiero a que no huyas ni hagas como que no está.

Párate y respira lo que sientes aquí y ahora.   

  1. Humanidad compartida

El concepto de humanidad compartida significa que las dificultades en particular y el sufrimiento en general está presente en la vida de todo ser humano. Es por ello, que debemos aceptar que el sufrimiento forma parte de la misma experiencia de vivir, es la otra cara de la moneda. 

Acepta lo que te está sucediendo.  

  1. Impermanencia de los fenómenos

Ya sabemos que cualquier experiencia en la vida es finita y al igual que los buenos momentos pasan, el sufrimiento también pasará.  

Date tiempo. 

  1. Compromiso de autocuidado

Mientras que el sufrimiento esté presente es importante que te comprometas a ocuparte de ti, de cuidarte y quererte. Evitando así caer en ignorar el malestar o autocastigándote por estar sufriendo. 

Lleva a cabo acciones de autocuidado. 

Conclusión

Tu madre te ha entregado lo que tenía, porque cada una sólo puede dar lo que tiene. Hoy en el día de la madre te animo a que lo celebres pudiendo desapegarte de esa imagen de “madre ideal”. Aceptar a tu madre como el ser humano que es o fue y con ello, sus potencialidades y sus características a mejorar. Deseo que puedas estar con una actitud de reconocimiento y agradecimiento hacia ella. Tomando el legado que tu madre te ha dejado y aportándolo para nutrir a la madre interna que como adulta puedes desarrollar. 

Tomar su legado para poder emprender tu camino de mujer y así vincularte contigo misma desde la amabilidad, el autocuidado y la incondicionalidad. De esta forma, también te relacionarás con el mundo desde lo que tienes (que es lo que necesitas, ni más ni menos). 

Mamá eres mi inspiración para vivir mi vida. 

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